escrito. Por otro lado, el mundo religioso actual busca un sincretismo que permita la creación de un ente integrador de todas las religiones. Este sistema pretende establecer una iglesia mundial, uniendo todas las religiones, tanto cristianas como no cristianas. A este sistema religioso debe dotársele de una cabeza que lo gobierne y dirija. El apóstol Pablo, en la Epístola, presenta a Jesucristo como la Cabeza suprema de todas las cosas; no sólo desde el aspecto espiritual de la Iglesia (1:18; 2:19),
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